Costa Rica se caracteriza para la naturaleza, las cataratas, la belleza verde.
Lo que es Costa Rica es algo maravilloso, nunca he imaginado de vivir y ver con mis ojos los colores que hay aquí.
¿Y cómo es posible que todo el año es siempre así verde? ¿Como es posible que hay este contraste todo el año? Gracias a la lluvia. Porque aquí el bosque, los árboles nunca se van a secar, la llovía llega antes que todo se transforme en naturaleza murta y seca. Costa Rica es exuberantemente verde gracias a la lluvia, la lluvia es amiga, es vida.
Costa Rica está dividida en dos vertientes, Pacifico y Caribe, gracias a su sistema montañoso y este determina también la distribución de la lluvia en el país. El clima aquí es una interacción de factores geográficos, atmosféricos y oceánicos y gracias a la variedad de temperaturas y condiciones que hay, es uno de los países con un nivel de biodiversidad más alto.
Un estudio que he encontrado en el libro “Total species count in Costa Rican tropical rain forest” ha contado 233 vascular plant species en solamente 100m^2; este valor es equivalente a un sexto de la vegetación total que hay en las islas ingleses.
De hecho, es fácil entender porque Costa Rica es un país que respeta y protege la naturaleza y que considera la conservación una prioridad.
Sabemos que la reina de todas las forestas es la Foresta Amazónica que se extiende en nueve países de América Latina, Costa Rica también. En 50% de Costa Rica se encuentra esta foresta que nunca ha sido contaminada de la presencia humana. Casi el 28% del oxígeno presente en la Tierra proviene desde estos busques lloviosos. Entonces, por un lado, estas selvas son muy importantes para la vida de los organismos vivientes, por el otro son muy susceptible a todas las consecuencias de la contaminación mundial y también a la deforestación para dejar espacio a las cultivaciones de palmas, albores de fruta como plantares.
Esta es la contradicción que tendríamos que entender más: cuando decidimos ir a Costa Rica durante las vacaciones queremos vivir en contacto directo con la naturaleza, en medio de la jungla y dejarnos desde las ciudades frenéticas y concurridas en la que vivimos… Todo lo antropomórfico molesta.
Tenemos que proteger nuestra casa y entender que lo que para nosotros es simplemente un poco de aceite de caña, en realidad es una amenaza real para todo el planeta; una acción crea siempre consecuencias y en este mundo hay billones de personas que quieren el aceite de caña.
Un viaje a Costa Rica puede enseñarte estos valores, te hace sentir en contacto con el mundo y consciente que las acciones cuotidianas pueden hacer la diferencia. Desde cuando sales del avión, inmediatamente estas sumergido de verde, de riqueza y vida, poque Costa Rica te permite empezar desde cero, te permite reconectar con la tierra, estar en silencio sin temer que el silencio sea motivo de ansiedad.